Memorias de un Caracol | Crítica: de una exuberancia impecable

Memorias de un Caracol (Memoir of a Snail) es una producción australiana creada por Adam Elliot, director independiente que en 2004 obtuvo su primera estatuilla en los premios Óscar por su cortometraje Harvie Krumpet. Bajo su característico sello narrativo, Elliot desarrolla la vida y las banalidades de personas socialmente juzgadas, conectándolas con el amor y la esperanza desde un enfoque tragicómico. Son historias, a primera vista, que no sobresalen de lo cotidiano, pero que poseen un encanto visual que atrae, transmitiendo un poderoso mensaje al espectador. A continuación, te contamos nuestra impresión completa sobre Memorias de un Caracol.

En la Australia de los años 70, Grace Pudel es una niña solitaria y fuera de lugar, que encuentra consuelo en su colección de figuras de caracoles y en las novelas románticas. La muerte de su padre cuando era muy pequeña la separa de su hermano mellizo, Gilbert, lo que la sumerge en una profunda ansiedad y tristeza. Sin embargo, su vida da un giro cuando conoce a Pinky, una anciana excéntrica y llena de vitalidad, con quien forjará una amistad duradera que transformará su existencia por completo.

Una animación impecable y cautivadora

Con una estética visual que emplea una paleta de colores cálidos y sutiles, el universo de la historia mantiene un único hilo narrativo en medio de la oscuridad que lo envuelve. Gracias a su simplicidad, la trama mantiene coherencia a lo largo de la ficción, que se desarrolla mediante la técnica del stop-motion. Adam Elliot crea un universo animado impecable y preciso, generando una intriga constante sin recurrir a la tensión, a pesar de la tragedia que acompaña a la protagonista. Aunque en ocasiones puede sentirse excesivo, ya que no permite procesar la carga emocional de los eventos, este detalle no es determinante, ya que se equilibra con la comedia, lo que hace la experiencia mucho más agradable.

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El encanto de Memorias de un Caracol radica en la simplicidad de su historia, centrada en el desarrollo de su protagonista, Grace Pudel, quien pasa de la niñez a la adultez, y cuya voz es interpretada por Sarah Snook (Succession, 2018-2023). Cada suceso en su vida es exagerado y llevado al terreno de la ficción, lo que le da un aire de cuento infantil, repleto de detalles que, a medida que se revelan, enriquecen la experiencia del espectador.

La vida de cada uno de los personajes se va entrelazando con la de la protagonista de una forma orgánica, desarrollando una profundidad que permite comprender sus motivaciones y comportamientos, ya sea en su vida personal, como en la de Grace, marcando de forma significativa cada proceso de su vida. Esto los convierte en personajes entrañables, generando empatía dentro de un universo que mezcla la exuberancia y una comedia no forzada capaz de provocar carcajadas, como también liviandad y calma.

Con un elenco destacado por su calidad actoral, que incluye a Sarah Snook, Kodi Smit-McPhee, Eric Bana y Nick Cave, Memorias de un Caracol es una película correcta que invita a conectar con la fantasía de crear mundos imaginarios dentro de una realidad concreta. De manera muy caricaturizada, la película incita a la reflexión, resaltando la injusticia y la crueldad desde un punto de vista inusual pero necesario en la industria del cine.

A pesar de ser una película animada que juega con lo cómico y la tragedia, contiene mucha información no apta para niños, por lo que se debe tener precaución. Es entretenida, rápida, encantadora y tiene la intrigante misión de competir con películas como Flow y Robot Salvaje en la contienda por la estatuilla a la Mejor Película Animada en la próxima ceremonia de los Premios Óscar 2025.

Memorias de un Caracol tiene programado su estreno para el 13 de marzo en los principales cines del país.

CALIFICACIÓN: 4.5/5

A continuación, puedes ver el tráiler oficial de Memorias de un Caracol:

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