A principios de la década de los 70, el gobierno del entonces presidente Nixon se vio envuelto en una de las polémicas más grandes de la historia de Estados Unidos. Hoy, casi 50 años después, llega una serie que busca revisitar el escándalo. Te invitamos a leer nuestra review de Los Plomeros de la Casa Blanca.

Este drama político sigue a Howard Hunt (Woody Harrelson) y Gordon Liddy (Justin Theroux) junto a su equipo de “plomeros”, quienes mediante desquiciados planes de manipulación de información y espionaje buscan lograr la reelección de Richard Nixon en la Casa Blanca. Sin embargo, desde el primer minuto la serie nos advierte: “Esta serie está basada en hechos reales. Ningún nombre ha sido cambiado para proteger al inocente, porque casi todos fueron declarados culpables”.

Un tono inesperado

Lo primero que se esperaría de una serie que trata una de las polémicas más grandes de Estados Unidos es que su ambiente sea oscuro y envuelto en una tensión constante. Pero rápidamente podemos notar que la serie se toma ciertas libertades humorísticas para narrar los hechos, especialmente con sus protagonistas.

El personaje de Howard Hunt, encarnado por Woody Harrelson, se nos presenta como un oficial de la CIA y padre de familia que está más preocupado por volver a sus tiempos de gloria: trabajando codo a codo con la Casa Blanca. En contraparte, Gordon Liddy, interpretado por Justin Theroux, se muestra como una caricaturización de un fanático nazi que solo quiere “salvar” a su patria. Esta unión de personalidades genera un dúo dinámico que, en medio de sus tareas de “plomería”, siempre tienen espacio para el humor.

Afortunadamente, la presencia de bromas recurrentes jamás es la suficiente para quitar nuestro interés en lo que está ocurriendo. Sus rebuscados planes se muestran más como una versión humorística de La gran estafa antes que un entramado político complejo y corrupto (a pesar de que lo es en su trasfondo). En ese sentido, la serie prefiere relajarse un poco para detenerse a contarnos sobre la vida de Gordon y cómo, en la búsqueda de recuperar su propio orgullo, se aleja poco a poco de su esposa (Lena Headey) e hijos.

Una recta final prometedora

Si bien sus primeros dos capítulos nos dan este panorama más humorístico y centrado en la vida de Hunt, a partir de su tercer episodio comenzamos a ver las primeras consecuencias de sus actos: todo comienza a ir mal. Por ello, la interpretación de Woody Harrelson es precisa para un personaje que cada vez se cuestiona más sobre sus acciones. Eso sí, tampoco se puede llegar a hablar de un tratamiento psicológico profundo. La serie se mantiene siempre en la dinámica de mostrar a sus personajes como unos niños jugando con fuego que no saben medir sus propias acciones.

Quizá el tratamiento que se le ha dado a la serie no es para todos, incluso podría considerarse una oportunidad desperdiciada. El escándalo que supuso en su tiempo tenía, sin dudas, el potencial para crear una trama más compleja y que abordara más a fondo las consecuencias antes que quedarse en un simple “cómo ocurrió”.

Si bien peca de ser una apuesta poco arriesgada, Los Plomeros de la Casa Blanca es una serie que sin ninguna duda nos divertirá y nos servirá para conocer un poco más sobre el pasado político de Estados Unidos y uno de sus escándalos más comentados de la historia.

Los Plomeros de la Casa Blanca está siendo emitida por HBO Max cada miércoles.

A continuación puedes ver el tráiler oficial de Los Plomeros de la Casa Blanca: