Lecciones de un pingüino | Crítica: entre la ternura y la superficialidad

Steve Coogan protagoniza esta mezcla de comedia y drama ambientada en la Argentina de 1976, que entrega ternura, pero se queda corta en profundidad.

Cine10 de agosto de 2025Edison LópezEdison López

Hay películas que parecen tener todos los ingredientes para conmover y dejar huella: un contexto histórico relevante, un protagonista carismático y un animalito tierno. Lecciones de un pingüino, dirigida por Peter Cattaneo (The Full Monty, 1997), se mueve en ese terreno, pero en lugar de ofrecer una receta equilibrada, entrega un plato donde los sabores nunca terminan de integrarse. El resultado es una película irregular que alterna momentos entrañables con otros tan livianos que diluyen cualquier intento de impacto real.

Steve Coogan en Lecciones de un pinguino
Steve Coogan en Lecciones de un pingüino

La historia sigue a Tom (Steve Coogan), un profesor británico desencantado que acepta un puesto enseñando inglés en un internado para niños en Argentina en 1976, bajo la atenta y exigente mirada del director interpretado por Jonathan Pryce. En medio de un ambiente rígido y distante, Tom no logra conectar con sus alumnos… hasta que, durante un viaje a Uruguay, rescata a un pingüino cubierto de petróleo para impresionar a una mujer. Lo que comienza como un gesto impulsivo termina convirtiéndose en un vínculo inesperado: el pingüino, bautizado como Juan Salvador, se instala en su vida y, de regreso al internado, empieza a transformar la relación de Tom con el personal y los estudiantes, en un contexto político marcado por la dictadura militar y la tensión social.

Entre risas y dictadura

El mayor problema de Lecciones de un pingüino es su indecisión. No queda claro si quiere ser una comedia ligera con un toque de fábula o un drama que reflexione sobre un periodo histórico complejo. Esa falta de rumbo hace que la película transite entre tonos que no se complementan, dejando secuencias emotivas desprovistas del peso narrativo que necesitarían para impactar. La subtrama política, que podría haber dotado de densidad a la historia, es tratada de forma tan superficial que parece un agregado necesario para llenar la falta de emotividad de la trama principal.

Lecciones de un pingüino pelicula 2025
Lecciones de un pingüino | Diamond Films

Pese a ello, la química entre Coogan y el pingüino aporta un encanto genuino. Hay momentos en que el humor funciona, especialmente cuando el animal altera la rígida rutina del colegio, pero estos destellos no alcanzan para sostener un relato que pide más profundidad.

Evoluciones abruptas y mensajes valiosos

Otro punto débil está en el desarrollo de los personajes: algunos cambios ocurren tan rápido que parecen saltarse escenas clave. Resulta irónico que una película con un arranque tan pausado no se tome el tiempo para justificar plenamente las transformaciones de sus protagonistas.

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Aun con todo, es necesario reconocer que Lecciones de un pingüino transmite un mensaje noble: la idea de que la esperanza y la empatía pueden abrir caminos incluso en contextos de adversidad. Este subtexto se mantiene constante y, aunque la ejecución sea irregular, evita que la película se hunda del todo.

En definitiva, es una producción que entretiene a ratos y que deja una sensación agradable gracias a su protagonista emplumado, pero que desperdicia gran parte de su potencial al no decidir qué historia quiere contar.

CALIFICACIÓN: 2.8/5

Este es el tráiler de Lecciones de un pingüino:

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