La Casa del Dragón (temporada 2) | Crítica: ¿Mucho revuelo y poca acción?

El pasado 4 de agosto finalizó la segunda temporada de La Casa del Dragón, la serie de HBO que es una precuela de la aclamada Game of Thrones. La producción ya anunció que esta historia acabará con la cuarta temporada y que la tercera parte llegará en dos años más, es decir, el 2026, así que queda harto rato para conocer el desenlace. Pero bueno, sin más rodeos en nuestra crítica te contamos qué nos pareció esta segunda entrega que al parecer no dejó a todo el público tan conforme. 

En esta temporada se ven las consecuencias tras el asesinato de Lucerys, uno de los hijos de Rhaenyra -la reina del trono de los Siete Reinos que le fue deslegitimado y usurpado a la fuerza por su hermanastro Aegon-. Por ende, todos los eventos se mueven alrededor de este suceso, además de la disputa por quién se queda con la Corona. 

Como una partida de ajedrez

Esta segunda temporada parte con las repercusiones que causó el deceso de Lucerys, tras ese asesinato la rivalidad entre "Los verdes" y "Los negros" se acrecentó, y ambos bandos comienzan a buscar aliados frenéticamente. Las estrategias se orquestan de un lado y el otro. El príncipe Jacaerys (Harry Collett), hijo mayor de Rhaenyra, inicia esta búsqueda en el Norte, en la Casa Stark.

Sin dudas, la venganza es uno de los ejes conductores del guion, el asesinato de un hijo nunca se toma con liviandad. Poco a poco el tablero de ajedrez se va moviendo, pero entremedio ocurren ciertas imprudencias de algunos jugadores que ponen en peligro un triunfo anticipado. En ese sentido, las conspiraciones, los engaños y los ataques se presentan desde el primer episodio, "Hijo por hijo", que con su desenlace te hará explotar la cabeza. Crece el deseo de venganza y se separan algunas fuerzas por las diferencias y la codicia.

Los personajes que más destacan en esta temporada son Rhaneys, Rhaenyra, Alicent, Aegon y Aemond. Son personajes que se roban las miradas por su acciones. La osadía de Rhaenys "La reina que nunca fue" deslumbra en la pantalla, sobre todo en el cuarto episodio "El Dragón Rojo y el Dorado"; por su parte, en Rhaneyra y Alicent vemos la ambivalencia; en Aegon y Aemond, la impulsividad y el descontrol.

Mientras que el punto bajo está en Daemon -uno de los personajes más atractivos de la primera parte-, pero por el rumbo que toma el personaje, no por un tema actoral. Eso sí, algo repunta en el final de temporada, al menos. 

En esta segunda temporada de La Casa del Dragón  se siente una historia algo estirada, con pocos momentos de acción y un guion que se enfoca en las estrategias. No hay abundancia de choques directos y, a decir verdad, por el término de la primera parte, evidentemente se esperaba más acción y explosividad. Sin embargo, si pensamos en la campaña de marketing previa al estreno, de alguna manera se anticipaba que veríamos más juegos de estrategias. Recordemos la publicidad de Entertainment Weekly, donde las actrices protagonistas, Emma D'Arcy y Olivia Cooke, se mueven sobre un tablero de ajedrez emulando las piezas del tablero. 

En resumen, en esta entrega hay sangre, lucha de dragones y una historia algo dilatada que marcha hacia la verdadera batalla en la tercera temporada. La calidad de la ambientación, de vestuario y fotográfica se conservan, pero el ritmo narrativo no atrapa del todo, más allá de algunos episodios. Además, las tramas paralelas de ciertos personajes -como el de Rhaena- se sienten inconexas y superficiales. Pero bueno, ahora solo queda esperar hasta el 2026 para comprobar si es que todo explota.

Ve aquí el tráiler de La Casa del Dragón (temporada 2):